La energía femenina y la energía masculina

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La danza de la vida

La energía es todo lo que existe, energía condensada en materia, hecha cuerpo, en este tiempo y en este espacio.

Para entender mejor la energía, te propongo entender a la polaridad, es decir, observar su manifestación como femenina o masculina.

Todos los seres pueden ser entendidos dentro de esta clasificación, y, sin embargo, ninguno pertenece a una categoría u otra, ni es poseedor exclusivo de alguna, porque la vida es la danza de la energía en sus dos polos.

Del mismo modo que una pila tiene una carga positiva (+) y otra negativa (-), una en cada extremo; estos polos opuestos y complementarios hacen que funcione. Así los seres vivos tenemos una carga de ambas energías que nos permite vivir.

Para comprender mejor la energía femenina es un buen principio observar el cuerpo de mujer o hembra, cuerpo diseñado para contener, gestar y nutrir la vida. Desde allí ya se vislumbran sus atributos: hay curvas y vacío fértil, ciclos y cambio, nutrición y abundancia.

La energía femenina es receptiva, misteriosa, envolvente y nutricia, es cambiante y cíclica, contenedora y fluida. Está asociada con el agua y la tierra.

Para conocer la energía masculina también es útil observar cuerpos de hombre o macho: los órganos sexuales están afuera y tienen una dirección evidente cuando está erecto, la piel es más gruesa y tienden a ser más grandes, altos y con mayor masa muscular. Estas cualidades están relacionadas con el impulso hacia lo externo, la fuerza y la resistencia, la dirección y el propósito.

La energía masculina es activa, direccionada, lineal y penetrativa. Está asociada con el fuego y el aire.

Dentro de esta categorización dual entendemos que la luna, la emocionalidad y la sensibilidad son expresiones de la energía femenina, mientras que el sol, la racionalidad y la acción práctica son expresiones de la energía masculina.

Cuando la energía femenina está fuera de balance, te sientes estancado, dependiente y desconectado. Cuando es la masculina la que está desequilibrada te sientes frustrada, desorientada y aislada.

Conocer estas energías y encarnarlas conscientemente permite asumir los retos de la vida, entendiendo si se requiere mayor percepción o receptividad, o mayor acción y liderazgo.

Del mismo modo, desarrollar esta capacidad hará que tus relaciones con otras personas con mayor o menor carga de energía femenina o masculina sea fluida y fácil.

Si quieres trabajar estas energías te invito a participar en los talleres o en mi curso virtual “La danza de eros”

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