(O los poderes de la Virgen)
¿Alguna vez has sentido que te gustaría que te ayudaran?
¿has deseado ser rescatadx por fuerzas mayores?
¿arrebatarte en amor olvidando todo a tu alrededor?
¿explorar el amplio mundo?
Disney es uno de los referentes culturales más cercanos cuando pensamos en la doncella o damisela. Antes era la que estaba en peligro (Blancanieves, Cenicienta, Jazmin), y ahora, cada vez más, es la que salva a otros del peligro (Mulan, Mérida, Moana, Pocahontas). Esta aparente dualidad expresa la sabiduría que habita ser inocente más no indefenso.
Las historias de estas películas conectan con muchas personas porque son representaciones del arquetipo de la doncella. Este hace parte de los arquetipos del sagrado femenino, siendo la flor que emerge, que llevará al fruto, la madre.
La doncella como arquetipo universal, representa aquella parte nuestra capaz de conectarse con la fuerza y la belleza de la vida, caminando en inocencia y con curiosidad, percibiendo la belleza. Encuentra alegría en lo simple, y su dulzura y gentileza le abre paso a través del camino.
Es virgen, y contrario a la creencia popular, esto no significa que sea célibe, significa que su corazón permanece puro al expresar su propia verdad y confiar en la bondad del Universo; y aunque puede tener actividad sexual con hombres como iniciadora en los misterios del amor, el camino de la virgen es el de la sacerdotisa, siendo su masculino la conexión con la Divinidad.
“Vir”
La palabra “virgen” viene de “vir” que es raíz, fuerza de la Tierra y la vida, se aplicaba a las diosas que eran llamadas vírgenes no por su pureza, sino por su vigor, por su independencia. Vir representa la fuerza de todas las mujeres, casadas, solteras o viudas, jóvenes o mayores. Vir, es la rama verde que brota en primavera.
Las vírgenes representan mujeres completas en sí mismas, libres y conectadas con la naturaleza, ocupando su lugar social sin necesidad de hombre o familia.
Ishtar en Mesopotamia, Isis en Egipto, Artemisa y Diana en Grecia y Roma, representan la fuerza del femenino intacto, inalterado, misterioso: un espacio geográfico en la que no ha habido constancia de que el ser humano haya estado en ella, tierra que no ha sido arada, cultivada, o domesticada.
Es agreste y por ello mismo, pura.
Instintiva y curiosa, la doncella nos da la fuerza para emprender nuevos caminos, desde la confianza en el propio ser y en la bondad del Universo.
Es la fuerza renovadora de la primavera, la plenitud que emana de la curiosidad y la atención, que da ver el mundo con mente de principiante.
Muchos de nosotros estamos interiormente en pelea con este arquetipo, porque también encarna nuestra naturaleza romántica, delicada e idealista, inexperta y entregada.
Cuando la hemos habitado sin atención y nos hemos entregado a las emociones, hemos salido heridos. Muchas veces hemos prometido no hacerlo nuevamente: nos hemos vestido de desconfianza y hemos tratado de cerrar el corazón para no sentir.
Y si lo logramos por un tiempo, la vida se entristece, se destiñe, pierde gracia; así nos sintamos segurxs estamos aburridxs.
E inevitablemente, como la primavera, el corazón se vuelve abrir. Si cargamos las heridas de un corazón inexperto y romántico, idealista y apasionado, cuando llega nuevamente el Amor, puede que nos relacionemos desde el miedo, creando drama y sintiéndonos heridos porque el otro no es como lo imaginamos.
Si, por el contrario, hemos aprendido del dolor, continuamos con el corazón abierto a las maravillosas posibilidades que ofrece la vida, habiendo desarrollado la capacidad de observar y reconocer lo que hay, tal y como es. Nos sentimos libres de amar y de ser, y le permitimos al otro la misma libertad.
La doncella es la que descubre el mundo, y también la guardiana de los bosques, con la ferocidad e independencia de las criaturas salvajes que lo habitan.
Para conectar con tu doncella, te invito a:
- Escuchar tus canciones preferidas cuando eras adolescente
- Salir a caminar un rato y contemplar el cielo azul o
- Dibujar y colorear tus flores preferidas.
- Lee y disfruta “La Vida en Gaia”
- Escuchar esta meditación: Soy amante, soy amada, soy amor
Reconocer dentro de nosotros el anhelo de fantasía y romance que siente quien inicia un nuevo camino, nos conecta con :
- la fuerza y la confianza que se necesita para salir al mundo y explorarlo, y, si
- lo hacemos simultáneamente con la curiosidad y el cuidado que ponemos en hacer algo por primera vez,
- más el sentido de atención y alerta de los propios instintos,
- y el deseo de cercanía y magia que emana con el amor
estaremos honrando nuestra doncella y tomando su forma más luminosa.
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