Maternar: abundancia y autocuidado.

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La madre interna

¿cómo te va con el autocuidado?

¿te va bien poniendo límites?

¿cómo están tus proyectos personales?

¿sabes administrar tus recursos?

Dar vida, sostén, nutrir, cuidar.

Estas habilidades están relacionadas con el arquetipo de la Madre.

Un arquetipo es un referente planetario, común a todas las personas y pueblos del mundo, nombra una experiencia de las posibilidades humanas.

Los arquetipos del sagrado femenino lunar son la doncella, la madre, la hechicera y la sabia. Desde la energía de la doncella que abrió nuevos caminos, surge la Madre, que trae el poder de materializar, nutrir y cuidar. Corresponde también a la Madre Tierra, que nos sostiene y provee, alimentándonos y dándonos hogar. Es la el lugar interno desde el cual damos forma a nuestra vida.

Una madre representa a aquel ser que elige posponer sus intereses personales a favor del sustento de una pareja, una familia o una creación; su función es reproducir, nutrir y formar su creación para que esta progrese y sirva al mundo.

Dado que este arquetipo encuentra realización en el bienestar de aquellos (o aquello) a quienes ama, tiene la posibilidad de dejarse a si misma de lado para nutrir a quienes le rodean. Por otra parte, si adolece de la posibilidad de autorregularse, faltará la disciplina que permite el crecimiento de sus creaciones.

La Madre no sólo crea embriones humanos, ella expresa la capacidad de gestionar proyectos, generar emprendimientos y crear arte.

El arquetipo de Madre, regula nuestra relación con la alimentación, la responsabilidad afectiva en nuestras relaciones y la capacidad de sustentarnos a nosotros mismos. De igual manera gestiona los permisos de ser y hacer, que nos damos a nosotros mismos.

Nuestra relación con nuestra madre biológica es un indicador de nuestra capacidad de maternar, y es también, una parte importante de la expresión del arquetipo de la madre dentro de nosotros mismos; cuando sabemos maternarnos a nosotros mismos, podemos agradecer a quien nos trajo a la vida, más allá de si cumplió o no nuestras expectativas.

Maternar significa:

  • Tener una visión global para la toma de decisiones, entendiendo que el capricho puede resultar en una indigestión, y que es necesaria una planeación en la distribución de los recursos.
  • Ser consciente de los procesos que sostienen nuestro territorio (cuerpo – hogar) y los hábitos que lo mantienen saludable.
  • Reconocer que cuidados necesitan tus relaciones y proyectos para crecer y prosperar.

La abundancia es un estado interno en el que sentimos que nuestras necesidades están satisfechas, y sentimos que podemos ser hijos de la vida.

A medida que crecemos y aprendemos a encarnar este arquetipo de manera saludable prosperamos en la vida. La abundancia se manifiesta porque al saber sostener, nos sabemos sostenidos por nosotros mismos y por la vida. Este arquetipo, también se relaciona con nuestra capacidad de paternarnos, y de filiar (ser hijos de la vida).

Cuando este arquetipo está en sombra:

  • Traspasamos nuestros límites y los de los otros en el esfuerzo por cuidarlos, impedimos su crecimiento.
  • Podemos caer en la sobreprotección y el sacrificio de nuestras propias necesidades por priorizar a otros, irrespetándolos al tratarlos como si fuesen incapaces .
  • Puede que estemos “malnutridos” en relaciones tóxicas y trabajos insatisfactorios.
  • Estamos en carencia y hemos perdido la confianza en ser sostenidos por la vida.
  • Nos sentimos solos y sin familia, buscando hogar y relaciones significativas en personas distantes emocionalmente o infantiles y demandantes.
  • Tenemos dificultades para sostener nuestras creaciones y compromisos, nos distraemos fácilmente y ponemos nuestra energía en proyectos de otros, que no necesariamente nos traen plenitud, para sentirnos pertenecientes y enraizados.

Maternarnos a nosotroxs mismxs es tomar decisiones con base en nuestro bienestar, por amor hacia nosotros mismos, con el mismo rigor y ternura que damos a aquello que está en crecimiento

Cuando encarnamos este arquetipo de manera saludable, nos resulta sencillo materializar nuestros proyectos, y nuestras relaciones son nutritivas y satisfactorias. Vivimos en abundancia y hacemos parte de una comunidad en la que cuidamos y somos cuidados. Compartimos nuestros dones y hacemos del mundo un ligar mejor.

Para trabajar este arquetipo:

  • Mejora tus relaciones con tu madre biológico.
  • Trabaja con cerámica, cocina y haz labores de jardinería.
  • Observa cuáles son tus responsabilidades y cómo realizarlas es parte de sostener la vida que quieres.

Si quieres hacer un proceso con más profundidad, inscríbete en una de nuestras experiencias presenciales o virtuales o contáctame para acompañamiento personalizado. También puedes adquirir el curso «Bienestar y autocuidado» donde aprenderás sobre nuestras necesidades como seres humanos y como satisfacerlas

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