La sabiduría del corazón
¿has sentido alguna vez una corazonada?
¿Has tenido presentimientos sobre algo que está pasando que no tienes forma de saber, pero lo sientes verdadero dentro de ti, y luego descubres que es cierto?
La intuición es una de las maneras en las que las que nombramos la inteligencia del del corazón.
Más allá de la propuesta de dualidad que viene desde el racionalismo y divide la mente del corazón; los seres humanos estamos diseñados como una unidad, que al estar alineada fluye de manera armónica por la vida.
Cuando intentamos asumir la vida sólo desde la razón nos quedamos cortos, no sólo porque el pensamiento no domina la emoción, aunque la alimenta y la transforma, sino porque la vida no puede ser explicada ni controlada desde las ideas.
Necesitamos integrar todas nuestras partes y comprender que el sentir es una manera de comprender y caminar la vida, que, aunque no responde a razones tiene el poder de guiarnos hacia las alegrías de una vida plena y gozosa.
Es en nuestro corazón donde residen nuestros sueños más profundos y los deseos que nos impulsan a descubrir el mundo y nuestro camino y lugar en él.
Es también el lugar donde reside la sabiduría de ver con los ojos del amor, y relacionarnos desde la compasión con nuestra humanidad compartida, y desde la dignidad que emana del amor propio.
Tiene la fuerza y el impulso para compartir nuestra verdad, y el conocimiento para saber que lugares y vínculos nos traen bienestar.
En las últimas décadas se han descubierto concentraciones significativas de neuronas, que funcionan como un cerebro, tanto en el intestino delgado como en el corazón.
Estos nuevos descubrimientos, apoyan teorías exploradas previamente por la psicología, de la existencia de más de una inteligencia, y que nuestras inteligencias aplicadas nos permiten disfrutar de una vida más plena y gozosa.
La inteligencia que permite tocar un instrumento, es distinta a la que permite ubicarse en una ciudad nueva, que a su vez es distinta de la que permite resolver con un buen chiste una situación tensa, que difiere también de saber organizar datos y números en estadísticas.
Todos somos inteligentes de varias maneras, y al mismo tiempo, tenemos la posibilidad de aprender y cultivar nuevas inteligencias.
Se puede hablar de la inteligencia es sí como un conjunto de capacidades que interaccionan entre sí, para dirigir nuestras acciones, pensamientos y emociones, para conocer, comprender y encontrar soluciones creativas, para utilizar con eficacia herramientas físicas, intelectuales, emocionales, espirituales o socioculturales en el disfrute de una vida plena.
La inteligencia del corazón, es la que permite crear conexiones, tomar decisiones de autocuidado y amor propio y sentir la alegría de estar vivos.
En el corazón habitan las cualidades más preciadas de nuestra humanidad: alegría, amabilidad, aprecio, bienestar, bondad, cariño, compasión, conexión, coraje, cuidado, curiosidad, dignidad, dulzura, empatía, entereza, entusiasmo, gratitud, honor, inclusión, intuición, nobleza, paciencia y pasión. Entrar en conexión con nuestro centro magnético, sabio y poderoso, nos permite cultivar y fortalecer estas cualidades dentro de nosotros
Si quieres conocer más de este tema te recomiendo ir al hearthmath institute. y acceder a los recursos disponibles. También puedes leer: Navega tus emociones.
Para cultivarla y desarrollar la inteligencia emocional, puedes adquirir el juego de cartas: «Corazón consciente: sabiduría de las emociones», una poderosa herramienta de autoconocimiento, regulación emocional y fortalecimiento de las emociones expansivas.
Si lo deseas, para ti, tu grupo de trabajo, o de amigos, hemos desarrollado el taller «Inteligencia del Corazón»
Para cultivarla dedica tiempo a hacer cosas que amas, como estar con amigos, estar en la naturaleza, escribir o cantar (o lo que sea que te guste). También para decidir desde el corazón puedes hacer esta meditación o descubrir el libro La Vida en Gaia, que te conectará con tu niño interno y la belleza de la vida.